Miércoles 12 de Enero de 2005

Determinación

Piensa en alguna vez en la que hayas estado verdaderamente decidido. Piensa en alguna vez en la que hayas estado ansioso por hacer todo lo que fuese necesario por alcanzar los resultados que te habías propuesto.

Visualízalo, ubícate nuevamente en esa circunstancia, y siente una vez más la fuerza rectora de tu determinación. Experimenta, una vez más, la confianza que proviene de estar tan decidido que nada puede detenerte.

Ahora imagina lo que ese mismo nivel de determinación podría hacer hoy por ti. Imagina qué podría suceder si aplicases la fuerza de la determinación a tu situación presente.

Piensa en todos los obstáculos y dificultades que pudiste superar en el pasado. Piensa en todas las metas positivas y valiosas que podrías alcanzar.

Estar decidido y seguir estándolo a pesar de todo, es una tarea difícil. Y sin embargo es sólo el trabajo duro y productivo el que te lleva a donde deseas llegar.

Tú sabes cuán efectiva y energizante puede resultar tu determinación y conoces los valiosos resultados que puede producir. Así que convócala, ponla en movimiento, y llévate a ti mismo con determinación hacia allí adonde deseas estar.

— Gabriel Sandler

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