Miércoles 6 de Abril de 2005

Todo es una bendición

Ya sea que el sol te agobie con su calor o el frío viento glacial aguijonee tu rostro, ambas cosas constituyen una bendición. Ya sea que estés rodeado de placeres o inmerso en luchas y dificultades, cada instante trae consigo infinita belleza e incontables oportunidades.

Recibe cada instante tal como llega a ti dándole lo mejor que tengas. Resistiendo el dolor sólo conseguirás hacerlo más doloroso aún, y queriendo acaparar todo el placer para ti lo único que harías sería impedirte experimentar su dicha.

Presta atención y pon tu energía allí donde estás. Porque apreciando verdaderamente el valor de lo que has alcanzado y de lo que tienes, te abres a un mundo de posibilidades.

Trasciende tus propios juicios arbitrarios y las cosas que alguna vez fueran difíciles e intolerables serán más fáciles de soportar. Ten en cuenta que muchas veces, lo que hace que algo sea complicado y difícil, es la manera en que piensas y sientes acerca de ello.

Cuando enfrentes una situación desagradable, evita verte a ti mismo resistiéndote a ella. Considérala en cambio como una situación desafiante y estimulante frente a la cual podrías estar contribuyendo con lo mejor de ti. En lugar de esperar que ocurra algo mejor, toma la iniciativa y encuentra tú mismo la manera de hacer que de veras suceda algo mejor.

Cada instante puede ser una verdadera bendición, única y valiosa, con la única condición de que así lo consideres.

— Gabriel Sandler

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