Viernes 8 de Septiembre de 2006

Recompensa instantánea

Aunque la mayoría de las metas que uno se propone requieren de un esfuerzo prolongado y sostenido para poder ser alcanzadas, los beneficios de avanzar en dirección a ellas empiezan a acumularse inmediatamente. Al encarar la prosecución de un objetivo desafiante, se ponen en juego los enormes beneficios de tener una meta concreta por delante. Esa fuerza positiva aparece en el preciso instante en que te comprometes a alcanzar el objetivo. Le agrega a cada día, a cada instante, a cada acción, una energía que no resultaría posible de ninguna otra manera.

Es cierto que para poder alcanzar logros genuinos hay que aplicar esfuerzos a largo plazo. Sin embargo, si uno vislumbra que un determinado logro resulta factible, éste comienza a generar dividendos de inmediato, apenas se empieza a trabajar en él. Dedicarse diligentemente a un objetivo futuro aporta verdadero valor a tu presente.

Entonces, ¿qué estás esperando? Enfócate ahora mismo en una meta ambiciosa por la que puedas luchar. El llegar, el esforzarse, la disciplina y el esfuerzo son su propia recompensa. Y sirven además para hacer que la meta, una vez alcanzada, resulte más valiosa de lo que jamás habrías podido imaginar.

— Gabriel Sandler

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