Lunes 2 de Abril de 2007

Atrapado en la comodidad

Quedarse cómodamente en la cama una horita de más en un lluvioso Sábado por la mañana, es lindo y agradable. Pero si te quedases en la cama todo el día eso ya no sería para nada agradable. Estar cómodo resulta placentero hasta cierto punto. De allí en más, la comodidad deja de ser atractiva y puede, de hecho, convertirse en algo bien desagradable. Demasiada comodidad puede llegar a asfixiarte.

Así como quedarte en cama todo el día te cansaría, el placer de cualquier comodidad se desvanece de igual manera, rápidamente. En un punto te preguntarías, "¿Qué tiene de tan maravilloso quedar envuelto, atrapado en la comodidad?" y te verías en aprietos para encontrar una respuesta.

La comodidad es agradable. Por suerte ese placer no es permanente. No importa cuán cómodo puedas estar, muy rápidamente tendrás hambre de vivir, de desafíos, de la oportunidad por marcar una diferencia. Presta atención a esa insatisfacción. Sal de tu cama linda y calentita mientras todavía se sienta linda y calentita. Muévete, sal de tu zona de confort antes de que te ahogue. Hay tanto más por vivir que mero confort. ¡Vívelo a pleno!

— Gabriel Sandler

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