Miércoles 16 de Octubre de 2013

Respeto y amabilidad

Ser grosero y maleducado no se siente bien ni siquiera mientras lo estás siendo. Ser genuinamente considerado, por el contrario, puede dejarte sintiéndote más positivo y entusiasmado por mucho tiempo después.

Agresividad y arrogancia son signos inconfundibles de debilidad e inseguridad. Amabilidad y y una educada consideración son indicadores muy confiables de sólida confianza en uno mismo, y de una enorme fortaleza.

¿Cómo tratas a aquellos a quienes no tienes razones para impresionar, de quienes no tienes nada que ganar? Eso dice un montón acerca de ti, y puedes tener la certeza de que la gente de verdad se da cuenta.

Quienes adoptan una posición de verdadera responsabilidad no tienen necesidad de ser arrogantes. Cualquier impresión positiva que pretendas generar a partir de la arrogancia o la mala educación, queda automáticamente contradicha por esa arrogancia en si misma.

No permitas que tu arrogancia desperdicie tu energía y te detenga. Utiliza cada encuentro como una oportunidad para ofrecer genuino respeto y amabilidad.

Eleva la vida de quienes te rodean. Y estarás elevando todo tu mundo.

— Gabriel Sandler

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