Miércoles 30 de Abril de 2008
Enriquecido por el desafío
El valor de una meta ambiciosa no se calcula por lo que te haría conseguir. El valor de una meta se mide por lo que hará de ti en el proceso de ir por ello, y de alcanzarlo.
Una meta exorbitante e inalcanzable puede ser tan valiosa como una sensata y pragmática. Lo que importa no es cuán realista o factible pueda ser tu objetivo, sino cuánto te motiva a superar tus limitaciones.
Existen oportunidades sorprendentemente brillantes en tu vida que jamás has siquiera imaginado. Encamínate hacia algo ambicioso y significativo y empezarás a hacer foco en las mejores de aquellas oportunidades.
Vale la pena soñar grandes sueños. Y ciertamente vale la pena elegir, de entre ellos, los más grandes y ambiciosos. Porque son los que te enfrentarán cara a cara con los mayores desafíos. Y esos desafíos, así de complicados como puedan llegar a ser, te enriquecerán como ninguna otra cosa lo haría.
Gabriel Sandler
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©2008 Ralph S. Marston, Jr. - derechos para traducción al Español y su distribución mundial exclusivamente y en exclusividad para Gabriel Sandler. Todos los derechos reservados.