Jueves 9 de Febrero de 2006

Tus muchas bendiciones

La mejor manera de enumerar tus bendiciones es haciendo que tengan sentido. La mejor manera de agradecer es siendo, en todo momento, agradecido de corazón. Haciéndolo, tus numerosas bendiciones se extenderán más allá de ti y así, seguirán esparciendo su energía positiva por el mundo.

Detente y considera todas aquellas cosas por las cuales puedes sentirte agradecido. Cada una de ellas es en si misma más que una simple bendición. En cada una de ellas yace la oportunidad de que sumes a la vida y al mundo en el que vives tu tesoro propio y especial. ¿Qué otra bendición que esa podría ser más potente y tener mayor significado?

Tus bendiciones no son de tu propiedad para que las guardes y escondas. Más aún, apenas lo haces, pierden su valor. En cambio, ellas están allí para que hagas que tengan sentido. No son estáticas, sino dinámicas. No tienen otros límites que aquellos que tú les impongas a partir de tus miedos y de tu estrechez de miras.

Tus bendiciones están allí para que tú hagas que tengan sentido. Agradécelas, dales vida y dales fuerza. Vívelas en todo momento y míralas crecer y desarrollarse para que diseminen su maravilla mucho más allá de ti. Son tuyas, no sólo para que las atesores. Son tuyas para ser vividas, para ser compartidas con serena confianza y para que, a través de ellas, sientas la plenitud de la realización.

Dale vida a tus bendiciones y permite que su luz brille iluminando el mundo.

— Gabriel Sandler

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